EL VALOR DE LA INTEGRIDAD

«Aquel que pone primero en práctica sus ideas y después predica a los demás que ya lo realiza”. Confucio.

El valor de la integridad se refiere a una capacidad o una facultad en el individuo de tener coherencia entre el pensar, sentir y actuar. De tal manera que lo que piensa y dice, lo siente y en consecuencia acciona su comportamiento integrado. Ser integro, es ser completo apegado a los valores de la rectitud, honestidad, la verdad, la justicia, el respeto tanto para su trato con los demás como para consigo mismo.

La integridad es unos de los valores más cercano a la perfección en la que confluye otros valores ya mencionados. A la persona íntegra se le reconoce como recta, proba, intachable, confiable a la cual debemos emular. En nuestra sociedad actual en la que se ha extendido la corrupción de manera vertical y horizontal, en  que el principal delito que se comete es el soborno, la coima, por gente que carece de los valores de la honestidad, de sinceridad, de honradez, que mienten, que utilizan el tráfico de influencias, que lavan activos y que pertenecen a una organización criminal para delinquir, ocasionando graves perjuicios a la actividad económica y robándole al Estado, millones de dólares americanos, perjudicando a los pobres los que más sufren por sus carencias; y estos inmorales evaden la injusticia por tener inmunidad: por consiguiente, la pérdida de la confianza nos pone como un país inelegible.

Sin confianza no se puede desarrollar una sociedad, una inversión, un negocio, una amistad. El éxito de los países que han logrado su gran desarrollo económico y social es con la confianza y con ciudadanos educados que practican el valor de la integridad. La vida ciudadana funciona con ética y con valores. Es el fundamento de la democracia y de la política.