La globalización y el desarrollo tecnológico crearon en el entorno de la empresa la demanda de mayor competitividad y un aumento de la productividad, y poder adaptarse al cambio de manera inteligente. También trajo como impacto la transformación laboral, que exige que el empleado se adapte al cambio, alto rendimiento, cumplimiento de objetivos ambiciosos, exigencias en la calidad, capacidad de innovar y excelencia en la atención al cliente, emprendedor.
Consecuencias en la relación empleado con la organización: contratos temporales, mayor libertad para el despido, rediseno de los de puestos, trabajos multifuncionales o polivalentes, prejubilaciones.
La respuesta de los empleados profesionales a la transformación del entorno laboral, al quedar eliminado el contrato psicológico de protección del empleo: la empleabilidad.
La empleabilidad la define la OIT (organización Internacional del trabajo) es la actitud para encontrar y conservar un trabajo, para progresar en el trabajo y para adaptarse en el cambio a lo largo de la vida profesional y encontrar trabajo en otras organizaciones. La empleabilidad permite a los profesionales a una estabilidad dinámica que en el contexto actual contribuye a la seguridad laboral.
Y si es polivalente aumenta su nivel de empleabilidad para encontrar trabajo en caso de perder o abandona el actual. La empleabilidad y la iniciativa personal produce la satisfacción.