Las manifestaciones populares multitudinarias de indignados ocurridas recientemente en países sudamericanos: Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia  notificaron a los gobernantes del Estado, de su justas demandas,  de su alto nivel de descontento e insatisfacción, que les ocasiona  sobrevivir diariamente con sueldos bajos, sin calidad la educación, deficiencias hospitalarias, alto precio de las medicinas, jubilación paupérrimas (AFP); eso  tiene su explicación: el actual modelo económico neoliberal y la globalización del capitalismo, produce externalidades negativas; deriva a la injusticia social, a la desigualdad y a la inequidad que sufren la clase media, la clase trabajadora y los precariados. Todo pierden su capacidad adquisitiva de consumo y tiene que endeudarse.

 Thomas Piketty, economista francés. Producto de su investigación, nos dice: en 200 años de crecimiento económico la aprovecharon una minoría de ricos, acumulando inmensos patrimonios y estuvo por debajo el desarrollo social. Propiciando el aumento de la desigualdad que se hace intolerable en el siglo XXI por la alta concentración de patrimonio de la clase plutocrática.
 
El fin de la economía no es hacer extremadamente a los ricos, y extremadamente más pobres a los pobres, y a la clase media.  El fin de la economía es crecimiento con desarrollo social endógeno, es producir igualdad y equidad en la distribución de la riqueza; y, el fin de la política es el bien común. Que se traduce en bienestar para todos.

 «LA GLOBALIZACIÓN IMPLICA RIESGOS Y OP0RTUNIDADES LA INTERDEPENDENCIA ASIMÉTRICA Y LA INEQUITATIVA DISTRIBUCIÓN DE SUS BENEFICIOS CONTRIBUYERON A GENERAR GANADORES Y PERDEDORES, DONDE CRECIÓ LA CLASE MEDIA (ahora en peligro de desaparecer) Y SE PROFUNDIZAN LOS NIVELES DE POBREZA.»